Vargas Llosa hace historia como el primer autor hispano con una silla en la Academia Francesa

PARÍS.- La silla 18 de las 40 en la que solo se pueden sentar los miembros de la Academia Francesa ya tiene nombre: Mario Vargas Llosa. Y es que el escritor nacido en Perú hizo historia al ingresar oficialmente en una organización selecta en las que figuraron nombres como Víctor Hugo, Louis Pasteur o Montesquieu. Ya es un «inmortal», como se le llama a los ilustres que han formado parte de esta sociedad.

Para la ocasión, el también ganador del premio Nobel llegó vestido de un traje negro con hojas de olivo bordadas en verde y dorado. En su cintura, la espada de los académicos franceses. Esta en particular fue forjada en Toledo, España, por una familia armera de larga tradición.

La solemnidad del evento estuvo marcada además por una guardia de honor en la puerta del recinto para velar, en esa parte del mundo, uno de los principales tesoros de la raza humana: el lenguaje.

Acompañado de su familia, incluso de su exesposa, y por invitados como el rey emérito de España, Juan Carlos I, se llevó a cabo la ceremonia de aceptación en la sede del Instituto de Francia, al que pertenece la Academia.

En su discurso, Vargas Losa defendió el papel de la novela como una expresión más de la democracia. “Déjenme ahora exponer mi teoría, que vale lo que vale”, resaltó. “Un poco más y sin duda, un poco menos, que tantas otras que circulan en nuestra época de teorías literarias. La novela salvará la democracia o se echará a perder con ella y desaparecerá”, concluyó.

Fue una intervención larga, en la que también defendió la novela libre, una que sobreviva a todo y no a “la caricatura que los países totalitarios nos venden como novelas”, apuntó. En este sentido, Llosa enlazó con un ejemplo palpable el día de hoy, a su manera de ver.

“Solo existen después de haber pasado por la censura que las mutila, a fin apuntalar de las instituciones fantasmagóricas de pantomimas de democracia como de las que nos da ejemplo la Rusia de Vladímir Putin”, subrayó. “Nadie está a salvo si no todos somos libres. Esa es la gran enseñanza de la literatura francesa”, dijo en otro momento.

Francia, país clave en la vida de Mario Vargas

Mario llegó a Francia en el año 1959. Allí reflexionó, se dio cuenta de que habían descubierto a escritores como “Borges, Cortázar, Uslar Pietri, Onetti, Octavio Paz y, más tarde, Gabriel García Márquez antes que él” (…) “Por tanto, fue en Francia – ¡qué paradoja! – donde comencé a sentirme un escritor peruano y latinoamericano”, esbozó el intelectual.

Afirmó además que, “gracias a Francia”, descubrió “la otra cara de América Latina, los problemas comunes a todos sus países, la horrible herencia de los golpes militares y del subdesarrollo, la guerrilla y los sueños compartidos de liberación”.

Su plan de trabajo es único en el mundo. Pertenece a dos academias de la lengua, la española y ahora la francesa, por lo que su trabajo no dejará de ser complejo. “Mi esperanza es venir 15 días para no descuidar tampoco la Academia española, venir 15 días a la Academia Francesa y 15 días a la Academia española”, afirmó.

El rey emérito, el antagonista aplaudido por Vargas Llosa

El rey emérito español Juan Carlos I se llevó buena parte de la atención en el transcurso de la ceremonia. A su entrada en el recinto, fue recibido con una ovación junto con su hija, la infanta Cristina. 

Al despedirlo, Vargas lo acompañó personalmente al auto que lo trasladaba. La imagen no podía quedar fuera de los principales medios allí apostados, por lo que se convirtió en una batalla campal por inmortalizar el momento. «Esto es una locura», reaccionó una de las funcionarias de la institución de la lengua francesa.

Luego, el recién electo miembro de la Academia Francesa realizó algunos comentarios sobre la presencia del monarca en el agasajo. «Yo creo que tendría que haber un poco más de comprensión y de agradecimiento con un rey del que depende en gran parte la libertad de la que gozamos hoy en España», recalcó. 

Opiniones encontradas

El hecho histórico no dejó de generar opiniones diversas sobre si el autor de ‘La fiesta del Chivo’ debía entrar a la Academia Francesa. En primer lugar, porque nunca ha escrito un libro en francés. 

Otro de los aspectos esbozados para objetar su entrada fue la edad del escritor peruano. Las normas de la institución establecen que la edad máxima de admisión es de 75 años, pero Vargas Llosa tiene 86, por lo que será una excepción a la regla.

Otros detractores también le recriminan por sus posiciones políticas, asociadas a la extrema derecha.

La Academia Francesa, más de 300 años de historia

La Academia Francesa es una creación con una vasta historia. Se le considera una de las más antiguas de Francia. Su membresía es vitalicia y el cupo es limitado: 40 asientos. Los que toman estos puestos son conocidos como «Los Inmortales», una referencia al lema de la sociedad: «A la inmortalidad».

Entre quienes serán compañeros del Nobel hispano-peruano se encuentran Hélène Carrère d’Encausse, «secretaria perpetua» del grupo desde 1990, o el obispo de Angulema, Claude Dagens. En la Academia, actualmente hay 35 miembros. Vargas Llosa ocupará el puesto del filósofo Michel Serres, fallecido en 2019.

El trabajo de sus miembros no es simple. Deben reunirse todas las semanas, específicamente los jueves a las tres de la tarde, para contribuir al perfeccionamiento del francés.

Además de la ceremonia pública se realizó otra más privada, en la que al iniciado se le asignó una palabra del diccionario. Con ella debe improvisar una reflexión para que posteriormente se le entregue la medalla de la institución. El vocablo asignado a Vargas Llosa fue «xérès», o jerez en español.

EFE/

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